La Virgen de las Maravillas, entre el arte y la fe:
un viaje al corazón de Cehegín
Hay imágenes que no se contemplan solo con los ojos, sino con el corazón. La Virgen de las Maravillas de Cehegín es una de ellas. Desde hace trescientos años acompaña la vida de un pueblo que la mira, la reza y la siente como madre y como patrona. Pero detrás de su belleza serena, de su gesto contenido y de su Niño ofrecido, late una historia inmensa que merece ser contada y comprendida.
En este blog me he propuesto abrir una ventana a todo ese universo que rodea a nuestra Virgen: su origen napolitano y la mano maestra de Nicola Fumo, sus analogías con otras obras del escultor, su condición de Madonna delicada y, al mismo tiempo, de Mater Dolorosa que presagia la Pasión. También su gesto único de ofrecer al Niño, las flores que pueblan su policromía y que son auténticos símbolos de vida, muerte y resurrección, y los milagros que la tradición le atribuye y que la hicieron inseparable del tejido humano de Cehegín.
La veremos convertirse en patrona, acompañar a su pueblo en la alegría y en la desgracia, recibir la coronación pontificia que reconoció siglos de devoción, y ser restaurada para seguir brillando como lo ha hecho siempre. La estudiaremos desde la historia del arte, la iconografía, la teología y también desde la memoria viva de quienes la han sentido como madre cercana.
Este recorrido no es solo para especialistas ni para devotos: es para todos aquellos que quieran descubrir más a fondo quién es la Virgen de las Maravillas, qué significa en nuestra identidad y por qué su presencia sigue siendo, todavía hoy, fuente de belleza y esperanza.
Todo lo que aquí estoy compartiendo es parte de un proyecto mayor, un corpus completo de estudios que en los últimos meses estoy tejiendo en torno a su figura. La idea es que estas páginas sean el anticipo de una futura publicación donde todo quede reunido y pueda ofrecerse como un legado escrito para Cehegín y para cuantos deseen conocer a fondo a esta “Rara y Maravillosa Ave del Oriente”.
Te invito a dejarte llevar por estas lecturas, a mirar de nuevo a la Virgen de las Maravillas con ojos renovados y a descubrir, quizá por primera vez, que su identidad y su esencia son tan inagotables como el amor que su pueblo le profesa desde hace tres siglos.
Manuel Ruiz Jiménez

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